¿Por qué motivo las personas son infieles? ¿Qué los lleva a saltarse este pacto, explícito o implícito y no escrito de fidelidad mutua?
Los motivos pueden ser muy diversos: emocionales, mentales y/o sexuales. La rutina diaria no ayuda en nada. Nuestro modo de vida, con jornadas laborales a menudo muy largas, no deja mucho tiempo a cuidar las relaciones. El día a día, las tareas del hogar, los hijos, pueden llevar a un distanciamiento entre la pareja. Primero es un alejamiento emocional, de una forma muy sutil y no siempre detectable, que se va haciendo más importante con el paso del tiempo. Posteriormente se añade un distanciamiento físico. En este punto nos encontramos a dos personas conviviendo, pero cada una dentro de su espacio privado, cada vez más alejadas una de la otra y con pocas ilusiones compartidas más allá de la continuidad que lleva la inercia en la que se encuentran inmersos.
Ciertamente, la monogamia tiene muchas aristas. Aunque sea socialmente correcto, hay quienes en un momento de su vida necesitan romper con esta particularidad. Queremos ser exclusivos en nuestras relaciones sexuales, pero no sólo eso, pues también existe una exclusividad afectiva. La deslealtad emocional, los sentimientos hacia otra persona también se consideran una infidelidad.
No queremos que nuestra pareja se comparta íntimamente con nadie más, que destine tiempo y energía a otras persones. Su amor y su sexualidad deben ser únicamente para la persona con la que ha adquirido el compromiso. Que un miembro de la pareja se comparta íntimamente, tanto física como emocionalmente con otra persona, es motivo de dolor intenso, de decepción, y muchas veces, de fractura.
Cuando esto sucede los dos miembros de la pareja se sienten destruidos y heridos. La persona engañada siente su dolor como el único válido y su entorno social y familiar le dan su apoyo incondicional. A menudo se pregunta dónde ha fallado, qué ha hecho mal para que su pareja se busque a otra persona. Asimismo la persona que ha engañado también sufre, porque todo lo que era clandestino, emocionante y secreto de su relación queda de repente al descubierto volviéndose de dominio público, donde todo el mundo puede opinar, frecuentemente de una forma muy desafortunada.
A partir de ese momento nada vuelve a ser como antes. Y la pregunta es: ¿Cuando esto sucede la pareja podrá recuperar su normalidad?
Difícil, pero no imposible. Se necesitará una gran dosis de generosidad por parte de la persona engañada y de compromiso por parte de quien ha engañado. A menudo es preciso ayuda externa para reconducir la situación. Los reproches, los recuerdos, el dolor, están presentes y es difícil para ambas partes ser capaces de pasar página y salir reforzados de esta experiencia.
Muchas veces me han preguntado si las redes sociales han ayudado a fomentar la infidelidad. Una persona fiel no entrará en el juego de relaciones clandestinas de ninguna forma, ni en las redes sociales ni en las relaciones físicas y cercanas. A una persona infiel simplemente le facilitará el acercamiento a otras personas con la comodidad de no tener que desplazarse.
De todos es conocido que existen páginas web como Ashley Madison que fomentan y ponen en contacto a personas que quieren ser infieles. Estas prácticas pueden enganchar porque se acostumbran a utilizar como evasión y entretenimiento. Al final en vez de resolver un supuesto problema, lo que consiguen es que las personas entren en una espiral de relaciones que a priori no se puede predecir donde las llevará.
Habría mucho de que escribir y mucho de que hablar, porque cada persona es un mundo y cada pareja un encaje de dos personas muy diferentes, con sus miedos, sus inseguridades, sus preferencias y prioridades.
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